El salón que se convierte en Belén en Nigrán

Fernando y Rosa instalaron un año más en su casa ubicada en el número 17 de la Calle Gobernador, en la parroquia nigranesa de San Pedro de A Ramallosa, su tradicional Belén. En las noches del mes de noviembre, durante un par de horas cada día, con mimo y cariño preparan la base de la gran maqueta del Nacimiento de Jesús y colocan pieza a pieza, ocupando un espacio de más de 40 metros cuadrados de su salón. Cada Navidad, son cientos de curiosos los que se acercan para contemplar la gran cantidad de elementos que incorporan todos los años.

A Rosa siempre le gustó, desde pequeña, pero económicamente no se podía. Empezó poco a poco, con un Belén pequeño sobre un metálico de cama de 90. Pintaba las figuras en clases de manualidades y su amigo belenista Fernando Fernández Penedo, la animó a hacerlo más grande. A partir de ahí, con la ayuda de su marido, comenzaron la tradición de este Belén de grandes dimensiones que fue aumentando su tamaño hasta llegar al actual.

La gran maqueta incluye un incalculable número de figuras y pequeños detalles, además de agua y peces de verdad, luz, movimiento y elementos de piedra, como un crucero, puentes, un castillo, fuentes… No falta el pesebre, los Reyes Magos, mercaderes, artesanos, molinos de viento, pirámides, e infinidad de animales, camellos, patos, vacas, caballos, ovejas, perros, gallinas…

El Belén se convirtió en un atractivo más de los que ofrece la Navidad en Nigrán y en el Val Miñor, ya que cada año Rosa y Fernando abren las puertas de su casa a todos los vecinos y vecinas de la comarca para que lo visiten. Las mejores horas para contemplarlo, por las tardes, incluidos los fines de semana. “Yo si estoy en casa, a cualquiera que venga se lo enseño”, siempre comenta Rosa.


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