Nigrán recuerda a Daniel Pazó, vecino que revolucionó la pesca del pulpo

El Ayuntamiento de Nigrán se sumó por cuarto año consecutivo al “Día de la Restauración de la Memoria Lingüística de Galicia” con un acto este sábado en el Cementerio Municipal de Nigrán (en el Ceán) en el que se honró a Daniel Pazó, vecino fallecido en 2008 que revolucionó la pesca del pulpo inventando la “celda” de las nasas y quien defendió la República como cabo de artillería en la Marina (fue uno de los pocos supervivientes del atentado al acorazado Jaime I). Al acto acudió el gobierno local, familia y vecinos de Daniel Pazó y representantes de la Asociación de Funcionarios para la Normalización Lingüística. Durante el mismo se descubrió su lápida cambiada y traducida al gallego por el consistorio, Carmeliña recitó el poema de Celso Emilio Ferreiro “Deitado fronte ao mar” y tocó el grupo de gaitas “O Castro” de Chandebrito.

El regidor, Juan González, se muestra especialmente orgulloso de homenajear y recordar la figura de Daniel Pazó, fallecido a los 93 años y del que recoge muchas testigos en su libro “Nigrán. Memoria dunha Guerra 1936-1939”. “Era una persona comprometida con la legalidad de la República, luchó por ella hasta el final de la Guerra viviendo en primera mano episodios claves de la contienda. Pagó su lealtad con la cárcel, sin embargo, fue capaz de perdonar y retomar su vida creando además una genialidad en el mundo de la pesca. Por todo ello, desde el gobierno de Nigrán quisimos aprovechar este acto de restauración de la memoria lingüística para recuperar también la memoria histórica de nuestros vecinos”, defiende González.

Este Día de Restauración de la Memoria Lingüística está promovido por la Asociación de Funcionarios para la Normalización Lingüística, sumándose el Ayuntamiento de Nigrán por vez primera en su historia en 2015, cuando se homenajeó al maestro republicano fusilado José Vázquez Grela, en el 2016 al escritor Carlos Casares (los dos enterrados en el Cementerio Municipal de Nigrán) y el año pasado al represaliado de Parada José Veiro. Las lápidas de los camposantos gallegos demuestran la renuncia de los gallegos por su idioma: prefieren recordar a sus difuntos en una lengua que no hablan en el ámbito familiar. De hecho, solo una minoría consciente ejerce la galleguidad en el ámbito de la esfera individual y familiar. Los datos son elocuentes: solo una de cada mil está escrita en gallego; y únicamente un 2% de las esquelas publicadas en los periódicos está redactada en nuestro idioma.

Daniel Pazó Vila (1915-2003)

Natural de Nigrán (A Tarela), Daniel Pazó Vila fue reconocido en su vida por dos proezas: por un lado por su defensa de la República luchando como artillero en la Marina y, por otro y ya en su jubilación, por revolucionar la pesca del pulpo con el invento de una celda específica para la pesca con nasa de este cefalópodo (lo que mayoritariamente se sigue empleando hoy en toda Galicia).

Pazó se alistó con 20 años en la Armada de la II República Española como marinero voluntario, enrolándose casi inmediatamente en el acorazado Jaime I como cabo de Artillería. “No tuvimos ni cuatro horas sucesivas de descanso debido el puro bombardeo alemán”, rememoraba en el libro “Nigrán. Memoria dunha Guerra 1936-1939” del regidor Juan A.González. Él fue uno de los pocos superviventes a la explosión del barco el 17 de junio de 1937 en Cartagena, aunque arrastró secuelas de por vida. Continuó sirviendo a la República dirigiendo una operación de emplazamiento de baterías desde el Cabo de Gata a Roquetas del Mar (Almería) y después como escolta del Estado Mayor en el Arsenal de Cartagena. El 29 de marzo de 1939 fue detenido y estuvo a punto de ser fusilado dos veces. Su lealtad a la República le supuso 3 años de cárcel por toda España, finalizando en la de Ferrol “después de pasarlas canutas”. Con el paso de los años, en 1991 le fue reconocida por el Gobierno la graduación de Capitán de Corbeta de la Armada por los servicios a la República.

Al regreso a Nigrán, se dedica a la pesca para sobrevivir y no tarda en inventar las celdas de las nasas, un aparato que alberga la carnada para que el pulpo tenga más difícil llevarla sin quedar atrapado. Este invento posibilitó de manera práctica y rentable la pesca específica de este recurso en nuestras rías, ya que hasta ese momento, el pulpo se pescaba con escasa eficacia con las nasas de la nécora o bien con la “rasca”, arte que pescaba el pulpo de uno en uno. A día de hoy sigue siendo el aparato más empleado para el cefalópodo en bajura.