“Negar la evidencia solo denota el desnorte de un Partido Popular que, después de haber logrado el Gobierno de la Diputación, sigue sin saber qué hacer con la Administración provincial”. Así valora el diputado socialista Carlos Gómez “el negacionismo absurdo” que los populares tratan de hacer sobre las inversiones recientes en el Val Miñor. Carlos Gómez le recomienda al PP que se ponga a trabajar, pues tres meses después de la toma de posesión “no news” del nuevo Gobierno provincial, que solo se dedica a atribuirse los proyectos heredados del anterior.
“Parece que al señor Almuíña le molestan los 42 millones de euros acercados durante la Presidencia socialista de Carmela Silva, que se tradujeron en 370 obras, 2.400 actividades socioculturales y la contratación de 552 personas desempleadas para servicios municipales en la comarca”.
“El Val Miñor recibió hasta el último euro que le correspondía con los criterios reglados del Plan Concellos y además mereció el reconocimiento de ver importantes proyectos financiados con los planes extraordinarios, así que el PP puede practicar el negacionismo y falsear todas las cifras que quiera, pero no puede evitar que la gente utilice y disfrute a diario las 370 obras ejecutadas en Baiona, Nigrán y Gondomar para mejorar los servicios públicos”, concluye.
Gómez explica que tan sólo con el Plan Concellos, es decir, el instrumento reglado de financiación municipal, el Val Miñor recibió 23,2 millones de euros en los últimos 8 años, mientras que en el período equivalente con el PP de Rafael Louzán no pasó de 11,7 millones sumando todas las aportaciones del lío de planes municipales redundantes que fueron desfilando en aquel período oscuro de 2007 a 2015. O sea, que con Carmela Silva, el Val Miñor recibió un 97% más, casi el doble de fondos reglados comunes, que con Rafael Louzán.
Pero, además, hace falta tener en cuenta el impulso a obras tan transformadoras, como la biblioteca de Nigrán, la calle de Otero Pedrayo, la calle de A Gaivota, las plazas de Paradela y de Rosalía de Castro, el paseo Pinzón o la avenida de Sabarís, todas ellas financiadas con los planes extraordinarios de concurrencia competitiva en función de la calidad de los proyectos. O las 21 grandes actuaciones de seguridad vial en las carreteras provinciales, así como la llegada de fondos europeos gestionados directamente por la Diputación.
