Expertos de Ribera Povisa recomiendan recuperar paulatinamente las rutinas para la vuelta al cole

La vuelta al colegio provoca en los niños una mezcla de emociones, desde la ilusión de reencontrarse con los compañeros hasta los nervios por los cambios del nuevo curso, y para ayudarles a gestionar la ansiedad del regreso los especialistas de Ribera Povisa, el hospital del grupo sanitario Ribera en Vigo, recomiendan retomar paulatinamente las rutinas y un buen descanso nocturno.

“Los niños necesitan un entorno donde se sientan seguros, y esto se consigue a base de crear rutinas y anticipar cambios. Hay que ayudarles en esa transición física y mental que supone la vuelta al cole para que en pocas semanas se adapten a la nueva rutina”, explica Pomba Liñares, psiquiatra y pediatra de la Unidad de Psiquiatría y Psicología Infantil y de la Adolescencia.

La especialista recuerda la importancia de una alimentación saludable, ejercicio físico, un buen descanso nocturno y ayudarles a organizar su material y tareas. “En los días previos al inicio de curso, es recomendable que regresen a los horarios habituales de comidas, aseo, sueño, etc. Una estrategia sencilla para lidiar con el estrés diario es reforzar los hábitos de vida saludable: dieta sana y equilibrada que incluya al menos 5 comidas al día, con especial atención al desayuno, que es fundamental para un adecuado rendimiento escolar”, comenta.

Además, hay que asegurar un buen descanso nocturno, con las horas de sueño necesarias según la edad del niño, animarles a realizar actividad física para reducir el sedentarismo y poner límites al uso de tecnologías.

El “síndrome postvacacional” es simplemente la dificultad para adaptarse a las rutinas cotidianas y afecta tanto a niños como adultos. “Cuesta adaptarse de nuevo a una vida llena de exigencias: con horarios estructurados, agendas completas, tareas obligatorias diarias, los deberes, el estudio… Todo esto puede generar estrés, pero es algo normal y temporal. En un par de semanas los menores deberían estar plenamente adaptados”, añade la doctora Liñares.

Debemos involucrarlos en los preparativos y la organización de tareas para que vayan asumiendo responsabilidades y se sientan relevantes. Hay que escuchar siempre sus opiniones, miedos y temores, de una forma respetuosa para validar sus emociones y facilitar la comunicación. Al planificar sus actividades diarias de cara al curso es muy importante dejar siempre un mínimo de tiempo libre diario para que los niños lo dediquen al puro ocio.

Señales de alerta

Los adultos debemos ser cuidadosos al hablar del regreso a la rutina para reforzar en los niños la idea de que el colegio es algo positivo, recordando que aprenderán cosas muy interesantes, que volverán a estar con sus amigos y harán nuevos, etc.

La vuelta al cole es un proceso de adaptación que produce estrés en los menores, pero “es conveniente consultar con un profesional de salud mental cuando observamos una ansiedad de alta intensidad, que se repite, que duran mucho en el tiempo o interfiere en la vida cotidiana del menor”, puntualiza la doctora Liñares. “Detrás, puede haber una preocupación excesiva por el rendimiento escolar, dificultades en el aprendizaje, miedo al rechazo o dificultades en las relaciones con los compañeros o incluso, episodios de acoso escolar”.

La psiquiatra y pediatra del Hospital Ribera Povisa considera que los síntomas de alerta en niños prescolares serían “que las dificultades para ir al colegio persistan, especialmente los lunes tras el fin de semana, o si observamos que se muestran excesivamente irritables, temerosos o tímidos. También si están especialmente inquietos o muy aferrados al adulto”.

Las señales en niños más mayores son similares y hay que prestar atención si les observamos más preocupados, estresados o frustrados de lo habitual; si se encuentran excesivamente reservados, distraídos y presentan dificultad para concentrarse; o si están especialmente indecisos y evitativos, así como si comienzan a manifestar síntomas físicos como molestias abdominales, cefaleas…

“En los adolescentes debemos estar vigilantes si los observamos con excesivos cambios de humor, con mucha irritabilidad, con tendencia al aislamiento, a no querer comunicarse con nosotros… y también si aparecen crisis de ansiedad con palpitaciones, opresión en el pecho, dificultad respiratoria, sensación de mareo”, especifica la doctora Liñares.