
Sorpresa en las obras del Ayuntamiento de Nigrán para rehabilitar el molino de Porto do Molle. El movimiento de tierras y limpieza de matorrales y lama reveló una cuarta arcada en la zona del infierno (por donde circula el agua) y dos muros de piedra tradicionales en el exterior en forma de “L”. Estos nuevos elementos de los que no se tenía constancia y de gran valor patrimonial modificarán el proyecto inicial para que queden a la vista, recuperándose de pleno la originalidad de esta infraestructura. “Fue una sorpresa maravillosa porque estos detalles embellecen aún más la estampa de un molino que ya de por sí era espectacular porque es uno de los más grandes de la comarca”, reconoce el alcalde, Juan González.
“No había ninguna constancia ni sospecha de la existencia de este cuarto arco de medio punto en el extremo izquierdo, por lo que es de suponer que quedó taponado mucho antes de que se habilitara el parque empresarial Porto do Molle. Lo más probable es que cumpla una función estructural y no la de albergar un rodicio más”, explican desde la dirección de obra. Adicionalmente, recalcan el descubrimiento de dos muros de piedra tradicional, uno perpendicular a la fachada y otro en paralelo, de manera que funcionarían como muro de contención en forma de “L”. “Son elementos que suman originalidad y belleza a esta infraestructura, por lo que no dudamos en que se deben mantener y poner en valor”, indica González. De hecho, se intervendrá en la zona verde del entorno, donde los desniveles de tierras se adaptarán mediante bancales para permitir contemplar mejor todas las partes del molino.
Situado en pleno parque empresarial a un lado del río Muíños y en estado ruinoso desde hace más de 30 años pese a su gran valor histórico y etnográfico, la construcción volverá a funcionar con fines didácticos en un plazo de 5 meses y tras una inversión de 238.370 € por parte del Ayuntamiento. El objetivo es repararlo respetando al máximo su originalidad y ponerlo en marcha mediante la reposición de los mecanismos actualmente desaparecidos y de la disposición de un nuevo canal hidráulico.
Esta restauración, además de implicar un estudio histórico y control arqueológico de la misma, supone reponer y acondicionar la envolvente del edificio, restaurar los paramentos de la edificación e infraestructuras hidráulicas y, finalmente, recuperar y reponer los elementos ya inexistentes de roturación y trituración. Así, en la sala correspondiente al propio molino se plantea una intervención mínima instalando una cubierta de madera de castaño con cerchas y correas, tal y como tradicionalmente se hacía, y, adicionalmente, en el suelo se repararán las grandes losetas de granito que estén deterioradas. En la habitación que era vivienda o almacén se creará una pequeña sala de exposiciones o multiusos con un sistema estructural moderno a base de madera laminada y tirantes de acero, además, se instalarán dos aseos, uno de ellos adaptado a personas con movilidad reducida. El edificio mantendrá tres accesos independientes: el del propio molino, el de la sala, y uno central que da al vestíbulo desde donde acceder a las dos salas o wc.
“Queremos que recoja la tradición molinera que pone nombre precisamente a este río, por lo que planteamos una exposición permanente al respecto y, por supuesto, que pueda funcionar para hacer molinadas a modo divulgativo”, resume el alcalde.
Historia del molino
Con una planta rectangular de 25 m x 6’5 m, este fue uno de los molinos más grandes y productivos de la comarca, ya que llegó a tener tres muelas en funcionamiento simultáneo. Sin embargo, debido al paso del tiempo, actualmente presenta importantes pérdidas en los muros y carece de cubierta, maquinaria e incluso de canal hidráulico. Se trata de una edificación del S.XVIII que consta del propio molino, almacén y vivienda anexa en un único volumen y en el que el sótano está abierto al exterior mediante el que se crean tres arcos de medio punto pero que son cuatro, por los que discurría el agua tras moverse el mecanismo de rotación. Las obras y movimientos de tierra para habilitar el parque empresarial implicaron enterrar su canal de abastecimiento y evacuación al río Muíños, por lo que a día de hoy en ningún caso podrían funcionar los aparatos, sin embargo, el proyecto contempla activar una de las tres muelas originales creando un circuito cerrado que emplee un estanque anexo a la construcción. Con el fin de respetar al máximo su factura original, se contó con el propio asesoramiento de Ángel Fernández Misa, hijo de los últimos molineros y quien vivió en él hasta los 20 años de edad. “Era el molino más productivo de todo Nigrán, al que venía más gente, porque también era el más barato”, recuerda Lito.