
El Concello de Nigrán ofrece el martes 21 de febrero una andaina guiada por la costa de Lourido para descubrir la “Praia América” de los años 30 e 40 y que fue bautizada por Manuel Lemos como “La Niza Gallega”. La dificultad es baja, con un tiempo estimado de 2 horas y una distancia de 4 kilómetros, la salida será a las 16:30 horas desde la Oficina de Turismo de Dunas de Gaifar. El 21 de febrero se celebra el Día Internacional del Guía de Turismo, una profesión vital en el sector turístico que promueve el potencial cultural, histórico y patrimonial de sitios de interés en varios países del mundo. Los Guías de Turismo ofrecen orientación e información a turistas y visitantes acerca de la cultura, historia, gastronomía y sitios turísticos de cualquier rincón del planeta. Con su labor contribuyen a impulsar el turismo, siendo una importante actividad económica de las ciudades.
MANUEL L. LEMOS “Lourido, A Niza Galega”
Manuel Lemos llegó con 17 años a Argentina, fundó la empresa “La Superiora”. En los primeros años optó por abrir una agencia de quinielas y fracasó en el intento, pero no desistió y en un nuevo intento por seguir su rumbo, optó por dedicarse a los viñedos, era la punta de un iceberg que lo llevaría a ser considerado un empresario exitoso, pronto abrió más sucursales en distintas partes de Buenos Aires, hasta que decidió comprar tierras de mejor calidad concretamente en Mendoza y San Juan y empezó el verdadero éxito de La Superiora S.A.
Abasteciendo a sitios regentados por gallegos nunca olvidaba su ciudad natal y gracias a su empresa la calle Dr. Ortega es conocida popularmente como la Superiora en honor a su bodega. Lourido era aún un desierto arenal y él tenía ya un ambicioso plan para urbanizar el lugar. En 1929 tenía ya los Planos de Urbanización de la zona destinada a la gran playa y ciudad de verano “América Latina”, como rezan las leyendas de las numerosas carpetas que guardan planos, perspectivas, red de alcantarillado, traída de aguas, electrificación, hasta capilla. Un ambicioso proyecto muy adelantado a la España de ese tiempo.
Desde esas fechas aquella playa de Lourido dejó de llamarse así para pasar a ser Playa América, aunque ahora ya recuperó el patronímico que recuerda el oro de sus finas arenas. Y el sueño de aquel amante de su tierra, convertir un arenal en una zona residencial balnearia, fue realidad.