
Daniel Fernández Cerzón, también conocido en el Val Miñor como el hombre de los retos, es uno de los vecinos de la comarca que mejor se conoce el Camino de Santiago, o al menos, uno de los que más distancia ha recorrido en bicicleta, andando o corriendo por diferentes trazados que llevan a la capital gallega.
Con más de 800 kilómetros a sus espaldas asegura que en todas las ocasiones vivió con la misma intensidad el momento cumbre, la llegada a la plaza del Obradoiro. “La sensación es la del objetivo cumplido, sobre todo al encontrarte con tanta gente con un fin común”, afirma. Se siente un apasionado de estas rutas y en cuanto tiene más de dos días libres no se lo piensa, se echa la mochila a la espalda y echa a andar. Hace dos semanas completó el Inglés desde Ferrol y el pasado fin de semana el de Sarria, ambos por puro placer. El primero lo realizó en dos etapas, una de 40 y otra de 66 kilómetros, 19 horas en total, y sus impresiones no fueron todo lo buenas que deberían puesto que el 80% del Camino discurre por polígonos industriales y zonas asfaltadas. “La poca gente que me encontré era en su mayoría extranjera. La experiencia no estuvo mal pero eché en falta más monte”, relata. El segundo fue otro cantar, más concurrido que el anterior y mucha más riqueza. En esta ocasión en dos jornadas de 50 kilómetros y una última de 20, entre el viernes y domingo pasó por Portomarín, Palas de Rei, Melide, Arzúa, O Pedrouzo y Santiago y para ello necesitó 21 horas sin que el cansancio comenzase a notarse.
Lo cierto es que para él fueron dos salidas de ocio, como el que va a coger setas un domingo por la mañana si se tiene en cuenta que en 2016 realizó el primero de sus retos, el trayecto de ida y vuelta Tui-Compostela pedaleando en 11 horas después de que su abuelo falleciese de alzheimer, que participó en tres ediciones de la carrera 100K entre Carballiño y Santiago con poco más de 15 horas o desde A Guarda, también corriendo, durmiendo en cunetas y comiendo como podía, y que cumplió en 28 horas.
Cada vez que se echa a la carretera, movido por ocio o por alguna meta concreta, jamás se olvida de su compañera inseparable, una licra azul en la que se puede leer “Reta3 Síndrome de Usher”. Como creador del movimiento lleva completados los retos de los últimos cinco años para visibilizar esta enfermedad rara y que conoció de primera mano en 2018. Aunque tiene pendiente uno con el Concello de Gondomar ya está pensando en otros nuevos que garantiza serán diferentes.
Roncesvalles o el Camino de la Plata, palabras mayores
Daniel Fernández puede considerarse un veterano en la plaza del Obradoiro. El hecho de que haya llegado hasta la Catedral en una decena de ocasiones entre pruebas deportivas, salidas de ocio o retos, bien le merece el reconocimiento de “viejo conocido”, sin embargo, nunca se lío la manta a la cabeza para hacer el Camino desde fuera de la comunidad y probablemente no tarde mucho en dar el salto. Sus grandes objetivos son completar el recorrido desde Roncesvalles y la conocida como la Ruta de la Plata en su variante a Santiago, pero para ello necesita muchos días. “Son palabras mayores, en distancia equivale a todo lo que llevo recorrido en estos años por Galicia”, explica. Ambos tienen una distancia que oscila entre los 750 y 900 kilómetros divididos en decenas de etapas, aunque este miñorano puede hacerse varias diarias como mínimo necesitaría quince días para completar cualquiera de las dos, aún así no es de extrañar que en cualquier momento dé a conocer un nuevo reto conseguido.