Para la plataforma SOS Groba la publicación del informe de impacto ambiental desfavorable que tumba el parque eólico Albariño 1, compuesto por seis aerogeneradores de 125 metros de alto y dos torres distribuidas por los municipios de Oia, Baiona y Tomiño, es un pequeño paso adelante de cara al veto a estas instalaciones en los montes de la zona. El portavoz de la entidad que lleva más de 15 años luchando contra la implantación de parques eólicos en los montes del Val Miñor y del Baixo Miño, Bruno Centelles, insiste en que hay que seguir presionando mientras siguen muy de cerca los avances en las tramitaciones de los parques restantes.
“Es un paso firme para conseguir el objetivo final, erradicar los eólicos de la Serra da Groba”, espeta, mientras tilda de “farsa” el giro dado por la Administración autonómica en este sentido. “Ahora se muestran como una garantía a la sierra, pero es la misma que quiere seguir instalando más complejos”, añade. Centelles asegura que están teniendo serias dificultades para obtener toda la información relativa a los 21 aerogeneradores distribuidos por los montes de O Rosal y Oia. “Pagamos las tasas a la Consellería de Industria, hicimos todas las tramitaciones necesarias y tras dos años de espera seguimos sin el CD que se nos iba a entregar con toda la documentación”, añade.
Por el momento la plataforma tiene en el punto de mira al de “O Merendón”, que según explicó era el segundo más avanzado después del Albariño 1. Ahora queda en cabeza con cinco unidades eólicas proyectadas, pero sin dejar de lado el P.E. “Torroña 1” con cuatro, el PE “O Rosal” con dos y el más atrasado de todos ellos, el PE “Toroña” que contemplan una decena de estos enormes elementos y que por el momento tan solo hizo su aparición en el Registro Eólico de Galicia.
