El GES del Val Miñor advierte que con 9 bomberos para la comarca “la situación es insostenible”

FOTO: PABLO F. ESTÉVEZ // Un dos efectivos facendo unha revisión rutineira na sede de Nigrán.

Los 9 bomberos del GES Val Miñor continúan haciendo encajes de bolillos para cubrir los servicios en parejas o incluso en solitario y confirman que el 29 de octubre la sede cerrará por falta de efectivos. Desde la Mancomunidad, presidida este año por Paco Ferreira, están quemando todos los cartuchos para aliviar la situación, incluso recurriendo al último bombero en reserva que queda registrado en una bolsa de empleo creada en 2010 y caducada y con el que todavía no fueron capaces de contactar. “Levantamos el reparo de Intervención y hoy (18 de octubre) firmé la resolución oficial para notificarle la oferta. Ahora dispone de unos días para responder”, explica, mientras puntualiza que llevan días intentando localizarlo, sin éxito. Paralelamente Ferreira adelantó que las nuevas bases para crear una nueva lista están prácticamente listas y se publicarán en los próximos días.

El coordinador del cuerpo, Darío Varela, reitera que para intervenir de manera efectiva necesita como mínimo 3 profesionales cualificados por turno, y que de otro modo, en el caso de no contar con más apoyos, podrían enfrentarse a situaciones realmente complicadas desde el punto de vista de su seguridad. “Si se da el caso de un incendio en una nave industrial directamente no podríamos actuar al no contar con medios humanos”, advierte.

La plantilla del GES ya de por sí es muy justa al contar con una docena de trabajadores para los tres municipios, y con tres de ellos de baja se da la curiosidad de que no disponen de manos suficientes para utilizar todos los medios de los que disponen. “Hay cuatro camiones y no tenemos personal para utilizarlos”, lamenta. Lo cierto es que el ratio de Europa recomienda a un profesional por cada mil habitantes y siguiendo este esquema el Val Miñor debería de contar con 45, y todo sin tener en cuenta el aumento poblacional que se produce en temporada alta. “Amplían el personal de un gran número de departamentos mientras nosotros tenemos que arreglárnoslas todavía con menos”, finaliza.