La senda ciclista de Gondomar a Ramallosa acumula retrasos

FOTO: PABLO F. ESTÉVEZ // Estado actual da senda mixta que se está levando a cabo na PO-340 entre os municipios de Nigrán e Gondomar.

Los trabajos de mejora en la seguridad viaria de la PO-340 que une Ramallosa con Gondomar, cuya finalización está prevista para final de año, avanzan según lo establecido. Sin embargo ciclistas y vecinos de la zona se quejan del estado en el que se encuentra el vial. Aseguran que hay muchas zonas en las que apenas se está actuando y como consecuencia de las obras el tráfico rodado se colapsa en varios puntos del tramo. “Apenas vemos trabajadores, a veces aparece alguno pero en nada se va”, aseguraron.

Las versiones entre usuarios y las Administraciones se contradicen, y tanto Xunta como Concello mantienen que se está trabajando según lo planeado, aunque lo cierto es que los atascos son una tónica en una carretera por la que circulan 14.000 vehículos al año y en donde su densidad se acentúa los meses de verano.

Por otra parte, muchos mantienen que la seguridad vial en este momento es uno de los puntos débiles del proyecto y que circular en bicicleta por la zona a menudo se convierte en una odisea. “El otro día una ambulancia se las vio y se las deseó para pasar por aquí, y coger la bici es jugártela”, afirmaron. El órgano autonómico reitera que se están cumpliendo los plazos y que el único problema existente es el relativo a unos retranqueos de servicios en una de las rotondas. En cuanto a la fluidez del tráfico mantienen que no se están llevando a cabo cortes de carril, y que las actuaciones se centran en uno de los márgenes de la carretera tratando de minimizar sus consecuencias en la circulación. Sin embargo aseguran que “las interferencias son inevitables teniendo en cuenta que es una intervención importante que se extiende a lo largo de la PO-340”. Sobre este punto también existen grandes diferencias y multitud de usuarios aseguran que los plazos para rematarlas se pueden acortar, además de que sería posible una ejecución por tramos para minimizar los efectos sobre el tráfico rodado. “Podrían haber procedido de otra manera, además hablamos de unas obras que a simple vista se hacen rápido”, aseguraron.

El alcalde de Nigrán, Juan González, explicó que primero están soterrando las líneas eléctricas para después empezar con la planificación de la senda y de diferentes elementos para eliminar los puntos negros existentes. “Se podría llevar más material para acelerar los trabajos, pero esto aún provocaría más colapsos en el tráfico”, apuntó.

Las obras, que comenzaron hace seis meses, contemplan la construcción de una senda para peatones y ciclistas de tres metros de ancho a lo largo de 3.6 kilómetros por el margen izquierdo entre Ramallosa y Gondomar, además de la eliminación de cuatro puntos de concentración de accidentes. Para ello cuentan con un presupuesto que supera los dos millones de euros. Fenosa, por su parte, y aprovechando las actuaciones que está llevando a cabo la Administración, está eliminando las líneas aéreas.