La nueva «Plaza de la Feria» de A Ramallosa abre el viernes al público con música y animación

FOTO: ALBERTO RODRÍGUEZ

El Ayuntamiento de Nigrán organiza este viernes una jornada festiva desde las 18.30 horas en la nueva plaza pública de A Ramallosa bautizada como “Parque de la Feria», donde actuará la agrupación Breogán Valle Miñor y el grupo de animación Fantasía. Además, como complemento, los comercios del entorno abrirán ininterrumpidamente hasta las 22.00 horas con ofertas especiales y los locales de restauración ofrecerán bebida y tapa por solo 2 euros.

Este nuevo espacio de 500 metros cuadrados, realizado por operarios municipales con un presupuesto de 72.000 euros a cargo del remanente de tesorería, está situado entre las calles Damas Apostólicas y Romana Alta, en un lugar anteriormente sin uso y carente de cualquier atractivo. El gobierno de Nigrán llevó adelante este proyecto con el objetivo de potenciar y poner en valor a zona comercial de A Ramallosa al tiempo que crea zonas de ocio y de convivencia ciudadana, tal y como hizo con la Plaza del Peregrino en Priegue o con la fuente seca de Playa América.

«Supone un nuevo atractivo que se sitúa en la ruta del Camino Portugués por la Costa y en el corazón del comercio de A Ramallosa con el fin de apoyar ambos aspectos y darle valor al entorno», señala el alcalde, Juan González, quien destaca «el apoyo, consenso y colaboración» de todos los comerciantes de la zona para llevarlo adelante. «El anterior espacio no se empleaba en absoluto, carecía de cualquier interés. Ahora sí será un núcleo de esparcimiento para todas las edades porque cuenta con parque infantil, una zona verde, bancos a la sombra… Será un lugar en el que nuestros vecinos, peregrinos y visitantes podrán disfrutar de verdad del espacio público de Nigrán», resume. Así, tres olivos centenarios presiden en un extremo la zona verde, en el centro una pérgola de acero inoxidable protege la zona de bancos y, en el otro extremo, un parque infantil con torre, columpios o red trepadora servirá de recreo para los niños.

Panel con la historia

Un panel informativo glosa además toda la historia de la Feria de A Ramallosa, evento histórico de la comarca con la que fue bautizada la plaza por situarse en esta zona. Toda la información contenida fue glosada por el alcalde de Nigrán, Juan González, y Anxo Rodríguez, ambos historiadores.

El antiguo mercado de ganado vivió su momento de máximo esplendor en los años 30, momento en que se unifican aquí las antiguas ferias. La sesión extraordinaria del Pleno del ayuntamiento de Nigrán celebrada el 8 de febrero de 1931 trató la conveniencia de “trasladar al barrio de A Ramallosa, de la parroquia de San Pedro, las ferias que desde tiempo inmemorial se vienen celebrando los días 2, 7 y 25 de cada mes en los barrios de “Souto”, “Carrasca” y “Ceán” y que todas ellas dejaron de existir por diversas causas, “entre lanas cuales, sin duda, la principal fue la dificultad de llegar hasta las mismas, por falta de vías de comunicación”. El contrato de arrendamiento con Don Ramón Besada, Don Manuel Besada, Doña Filomena Diéguez, Don Bernardo Carrera y Don Camilo Carrera, propietarios de los terrenos donde se celebraría la noticia gran feria de A Ramallosa, se cerraría el 20 de febrero de 1931 mediante una renta anual de 42 pesetas por ferrado de semilla. Y este era el lugar idóneo ya que “A Ramallosa es actualmente el centro de movimiento del Val Miñor y la feria podría tener vida próspera ya por el número de carreteras que la cruzan y por ser también el centro del tráfico de tranvías, siendo de advertir que este movimiento va en aumento continuamente”. El 9 de febrero de 1946, 15 años después de este pleno de creación de la feria, los propietarios de los terrenos presentan una reclamación ante la corporación municipal en la que solicitan la extinción del contrato de arrendamiento, finalizando con el deber del Ayuntamiento de desalojar y finalizando así este popular evento.

En la Feria de A Ramallosa se podían encontrar tratantes o tranquillones, aquellos que traficaban con ganado vacuno; cerderos, que vendían cerdos para la recría; pastores, se vendían cabras; ovejeros se vendían ovejas, y pollero o gallinero, si se dedicaba a la compraventa de aves de corral. La mayoría criaban ellos mismos los animales que luego vendían, especialmente los cerdos. Se establecían precios de 500 reales por un toro o la junta de bueyes a mil duros.

El camino cara el campo de la feria era todo un rito cotidiano. De Vilariño, Camos, Chandebrito, San Pedro o Parada llegaban tratantes como Pepe de Marín, que compraba ganado vacuno en la Casa del Chaveiro o en la del Coxo de Parada y aumentaba el ganado a la venta, al igual que Tío José O Pipa. Según el animal que se vendía, el camino a pie se hacía de una forma o de otra, siempre con este por delante y para llevar a bueyes y vacas se servían de los aguijones (palos largos con una punta de hierro en el extremo que eran empleados para estimular a los animales haciéndolos encaminar).

Ya en la feria los dueños esperaban del lado de sus haciendas apoyados en el aguijón a un comprador que cuando llegaba, miraba el ganado sin mostrar demasiado interés y se iba. A partir de este momento comenzaba un ritual entre comprador y vendedor, en el que se daban vueltas alrededor del animal, a lo que se le hacía mover y preguntando de una manera despectiva cuando se pedía por la res. No faltaba un minucioso examen en el que se palpaban detenidamente las regiones importantes. Tras de esto comenzaba un tira y afloja con el que se iniciaba un regateo en el que el vendedor mantenía el concertado mediante su palabra. Antes o después, el trato finalizaba con unas palmadas en las espaldas y con la marca del animal comprado.