En el año 2015 el vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, César Mosquera, puso en marcha el Plan Revitaliza para ayudar a los ayuntamientos a gestionar sus biorresiduos mediante el fomento del compostaje local. Este plan perseguía colaborar con las entidades locales para tratar de alcanzar el difícil objetivo, impuesto por la normativa comunitaria, de conseguir que en el año 2020 se reutilizaran el 50% de los residuos municipales. Numerosos gobiernos locales como los de Baiona y Gondomar se sumaron a esta iniciativa, a la que posteriormente se fueron incorporando otros hasta llegar en la actualidad a estar adheridos al Plan Revitaliza 47 de los 62 municipios de la provincia. Nigrán es uno de los 15 y el único del Val Miñor que no lo está.
“Los sistemas de gestión de la basura municipal tienen que basarse en la separación en origen y en la recogida selectiva de todas las fracciones de la basura, incluida la orgánica, y deben acompañarse de medidas fiscales que contemplen el volumen de residuos generado como una variable a considerar. Así, la tasa de actividades económicas debería configurarse no solo atendiendo al criterio de capacidad económica sino también a la cantidad de residuos que vuelque al sistema de recogida municipal. Para que los sistemas de recogida selectiva sean un éxito, hay que facilitarle a los vecinos su aplicación, de ahí la importancia de un plan como el Revitaliza que suministra el equipamiento necesario para llevar a cabo la separación de la fracción orgánica, así como la instalación suficiente de colectores de otros residuos especialmente nocivos como los aceites”, apunta el Responsable Local del BNG, Xavier Rodríguez.
“El gobierno municipal de Nigrán no ha avanzado prácticamente nada en este ámbito. Para tapar su error de no haberse sumado a la iniciativa provincial y su empecinamiento en no adherirse posteriormente, lo justifican con pequeños convenios con alguna institución como Ecoembes que proveyó de unos cuantos composteros individuales que en nada tiene que ver con un sistema completo como el revitaliza con composteros individuales y colectivos y personal capacitado para su gestión. En este sentido podemos citar a modo de ejemplo como el vecino ayuntamiento de Gondomar cuenta con dos Centros de Compostaje Comunitario y repartió a través de su concesionaria de limpieza 183 composteros individuales y otros 88 a través de la Diputación de Pontevedra, para un total de 271 composteros individuales instalados entre su población. Resaltar además que parte de los restos de las podas, un residuo notable en nuestra comarca por la gran cantidad de vivienda residencial existente, se emplean como estructurante en los centros de compostaje comunitario”, destaca Rodríguez.
“En definitiva, finalizando el año 2021, estamos muy lejos de cumplir con la normativa europea y, como ocurrió con la depuración de aguas residuales, tememos que solo empezaremos a actuar diligentemente cuando empiecen a venir sanciones. La única manera de alcanzar los objetivos que marca la legislación, no ya europea, sino también la estatal y gallega es separar todas las fracciones de los residuos en origen”, concluye el Responsable Local del BNG.
