El Inspector Jefe de la Policía Local de Baiona cuelga el uniforme tras 26 años

FOTO: PABLO F. ESTÉVEZ // Pedro Alonso no seu despacho, coa súa colección de trofeos.

Tras 26 años al servicio de Baiona y otros 14 en Vigo, el Inspector Jefe de la villa, Pedro Alonso, cuelga su uniforme y 15 días después de su jubilación formalizada el 5 de noviembre su actividad cotidiana parece que no cesa.

El hasta ahora mando de la Policía Local de Baiona deja el cargo con la sensación de que los ciudadanos no sólo demandan seguridad sino que más bien es un sentimiento colectivo. “Creo que un municipio como Baiona no tiene que vender seguridad sino que más son las personas la que la tienen que sentir”, aclara. A través del tú a tú y del boca a boca, considera que se lograron unos parámetros de seguridad muy buenos. Sin embargo admite irse no demasiado contento en términos cuantitativos sobre la cantidad de agentes en el municipio. “Deberían de ser casi el doble, ahora mismo en la calle hay 9. Año tras año informé de las carencias pero claro yo era un técnico y no gobierno”, añade. Y es que el cansancio y las horas extras sistemáticas no son buenos aliados porque cualquier funcionario es más eficiente que una persona que no deja de duplicar turnos. Otra de las asignaturas pendientes para él es que a día de hoy no se haya actualizado acorde a la realidad la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado de 1986, aunque se incluyesen muchos aspectos actuales. “Es un buen momento para pensar que los servicios públicos son muy necesarios lo que sí que es cierto es que nunca han estado tan bien formados como ahora pero se necesitan más medios”, añade.

Ahora dedicará su tiempo hacer lo mismo que hacía antes, “pero con más tiempo”. Se dedicará disfrutar de su municipio, Oia, haciendo actividades al aire libre. “Me gusta mucho pasear por el monte, ir a pescar, correr, montar a caballo. En definitiva, me gusta vivir aquí”, finaliza.

“En 1995 Baiona quería cambiar, apostaron por un sargento”

Tras 40 años en activo hace un barrido y su conclusión es que los tiempos cambiaron y mucho. Según relata en 1995 Baiona quería dar un cambio al planteamiento de los cuerpos y fuerzas de seguridad locales. “De aquella se apostó por un sargento y fue el primer municipio del Val Miñor que sacó la plaza”, recuerda.

Se buscaba la modernización de la Policía con unos criterios de seguridad claros, ya que por aquel entonces era lo demandado por la población en un municipio con marcado acento turístico. Sirviéndose de su experiencia labrada con martillo y cincel en un Vigo de los 80 marcado por la drogodependencia y el boom de la movida, llegó a la villa y comenzó a aplicar un modelo diferente por aquel entonces. “Todos nos pusimos a funcionar hasta que en el año 2000 aproximadamente nos convertimos en un referente de cuerpos medios dentro del ámbito autonómico”, relata. El concepto de la marcha en Baiona era muy distinto al de hoy. Con un movimiento temporal centrado en verano, los locales de copas seguían la misma tendencia con establecimientos que año tras año iban cambiando de nombre y de propietarios lo que creaba un panorama poco serio y anárquico. Algo que con el tiempo lograron encarrilar.