Recomiendan revisiones al inicio del curso escolar para detectar patologías en los pies de los niños

El Colexio de Podólogos de Galicia (COPOGA) ha puesto en marcha una campaña informativa sobre el cuidado de los pies de los niños y niñas previa a la vuelta al cole tras las vacaciones de verano. La presidenta del COPOGA, Ana Requeijo, explica que muchas veces los padres, madres, tutores o cuidadores detectan anomalías en la forma de caminar y apoyar del niño o niña que pueden pasar inadvertidas en las revisiones periódicas con el pediatra en atención primaria, por lo que deciden llevar a los pequeños a una clínica de podología.

Para prevenir patologías en la adolescencia o edad adulta, ya que un 70% de los adultos padece algún tipo de problemas en sus pies, el Colexio de Podólogos de Galicia aconseja llevar a los niños y niñas a partir de los 3-4 años o antes, en caso de que se detecte alguna alteración, a una clínica podológica para establecer un tratamiento precoz y someterlo a un estudio biomecánico con el fin de procurar que las posibles enfermedades de los pies no afecten en un futuro a la salud de tobillos, rodillas, cadera o espalda.

Cinco signos que alertan sobre problemas en los pies de los más pequeños

Los podólogos y podólogas son capaces de comprender a la primera esas frases que se escuchan muchas veces en boca de los padres: “El niño es patoso”, “no le gusta jugar”, “camina con los pies hacia adentro”, “desgasta mucho el zapato” o “va de puntillas”. Para dar respuesta a todas estas cuestiones, los podólogos tienen en sus consultas el instrumental adecuado para diagnosticar y comprobar si los siguientes síntomas son alarmantes o forman parte del desarrollo normal del menor:

  1. El niño se cae con frecuencia, muestra apatía por los deportes o se cansa al caminar.
  2. Se descalza a menudo.
  3. Camina con los pies hacia dentro, de puntillas…
  4. Se queja de dolor en piernas y pies.
  5. Sus uñas o su piel no tienen un aspecto natural.

Las 10 enfermedades más frecuentes en el pie infantil

  1. Uña incarnada, provocada muchas veces por el uso de calzado demasiado pequeño durante la infancia o por el mal corte de las uñas.
  2. Verrugas plantares (papilomas)
  3. Pie de atleta/micosis
  4. Exceso de sudoración
  5. Pie plano valgo infantil
  6. Dedos superpuestos/montados
  7. Juanete/ hallux valgus juvenil
  8. Marcha en aducción (camina con los pies hacia adentro)
  9. Metatarso aducto
  10. Afectación de los cartílagos de crecimiento (enfermedad de Sever, también conocida como apófisis calcánea, es una inflamación dolorosa de la placa de crecimiento del talón y es una de las causas más comunes de dolor de talones en niños. Se puede presentar en un niño de entre 8 y 14 años).

La carga que un niño puede llevar en la espalda sin tener efectos perjudiciales no debería superar el 10-20% de su peso corporal

Uno de los elementos que forman parte del material escolar es la mochila. Los podólogos explican que los padres deben asegurarse de que sus hijos no sostienen más peso del recomendado. “Una carga excesiva no solo afecta a la espalda, sino que también puede alterar otros aspectos del aparato locomotor, entre el que se encuentra la forma de caminar del niño” –apunta Requeijo–.

El Colexio asegura que la carga que el cuerpo de un niño o niña puede llevar en la espalda sin tener efectos perjudiciales no debería superar el 10-20% de su peso corporal para que no tenga repercusiones en su salud, a corto o largo plazo. Entre las consecuencias que se pueden desencadenar de un exceso de carga se encuentra la alteración de la biomecánica de la marcha, pero también otros problemas del aparato locomotor, como son las lesiones en las caderas, pies o espalda que se podrían agravar si se tiene alguna alteración de base como la escoliosis o los pies planos.

Los problemas que puede ocasionar una carga excesiva en las mochilas son variados y, en su mayoría, implican a la estructura ósea o muscular de la espalda: escoliosis, hipercifosis, hiperlordosis, espondilolistesis, lumbalgia, dorsalgia, etc., aunque también se encuentra la artrosis precoz, que es una enfermedad de las articulaciones caracterizada por una degeneración del cartílago y una proliferación del tejido óseo.

También el Colexio hace hincapié en la necesidad de distribuir correctamente la carga, con lo más pesado en la parte inferior, y la mochila bien situada en el centro de la espalda, a nivel de cintura y pegada al cuerpo sin que vaya colocada en la parte baja de la espalda. Además, recuerdan que el tiempo de transporte no debe exceder los 15 minutos. En caso de ser mochila de ruedas aconseja empujar y no tirar de ella.

Trucos para la compra de calzado infantil

  1. Los niños no deben acudir al colegio con el calzado de las actividades extraescolares, como las botas de fútbol sala o baloncesto, entre otros calzados específicos para deportes, ya que suelen tener una horma estrecha, suela fina, y material artificial que puede afectar al pie con un uso continuado.
  2. No es aconsejable utilizar el calzado del curso anterior o heredado. Los pies de los niños crecen entre siete u ocho milímetros cada tres meses y antes de empezar el cole hay que comprobar que el calzado no les esté pequeño. Unos dedos de los pies comprimidos, aunque no duelan, pueden generar lesiones y modificaciones de la marcha. “Heredar zapatos, pasando de unos a otros hermanos o entre familiares o amigos no es lo más aconsejable. La pisada de cada persona es diferente y compartir calzado con cierto desgaste puede distorsionar la misma” –destacan los podólogos–.
  3. No se debe comprar un calzado más grande de lo necesario para que le dure todo el año. El niño andará incómodo, lo que puede generar rozaduras y una marcha inestable por más que el zapato se apriete en el empeine.
  4. Otro error frecuente es comprar el calzado solo atendiendo a su precio, “porque les va a durar poco”. Hay que pensar que al comprar un buen calzado estamos haciendo una inversión en el desarrollo correcto del pie del niño.
  5. Hay que tener cuidado con las modas y con dar prioridad a la estética sobre la salud. El calzado con ruedines debe considerarse como un juguete y no como un calzado con el que acudir al colegio. Su uso debe estar limitado, como máximo, a una o dos horas a la semana. Pueden ocasionar problemas por la altura de su tacón, peso excesivo e inestabilidad. Las manoletinas o bailarinas no son el calzado más adecuado ni los zapatos con plataforma que han puesto de moda algunas cantantes con mucha influencia entre niñas y adolescentes.