Nigrán pide justicia para Nacho

Participación y apoyo sin precedentes con más de 500 personas en el acto celebrado ayer en la Plaza del Concello de Nigrán en señal de apoyo al joven Nacho Martíns o “Naco”, como lo llaman sus amigos, tras cumplirse el primer aniversario de una brutal paliza que casi acaba con su vida. Piden que se haga justicia, y así rezaba en las numerosas pancartas expuestas en señal de repulsa por lo sucedido. La lentitud burocrática provocó que un año después del incidente acontecido en las inmediaciones del Pazo de Urzáiz, en donde se estaba celebrando una de tantas fiestas del verano de 2020, tan solo se hubiesen identificado a tres de los supuestos participantes, de los cuales uno se negó a declarar, en la agresión grupal en la que formaron parte al menos media docena de jóvenes que hoy en día siguen sin responder por sus actos.

Además de los asistentes, una veintena de motociclistas acudieron al homenaje y tras exhibir sus motos durante un breve periodo de tiempo delante del edificio municipal, su madre, Lupe Comesaña, procedió a la lectura de un manifiesto escrito por el propio joven nigranés de 25 años de edad que puso los pelos de punta a todos los presentes. “Gracias a dios, a día de hoy, lo máximo que tengo en secuelas físicas son la cicatriz, para que me pudiesen poner el pómulo nuevo y reconstruirme la órbita del ojo por la cual perdí un 30% de visión, rotura de mandíbula en ambas partes, superior e inferior, a consecuencia de esto solo puedo abrir dos dedos la boca, pérdida de sensibilidad nasal…”, relata Nacho en la carta.

“Más allá de los daños físicos que tengo, los peores, sin duda alguna, son los daños psicológicos… supongo que después de que te sigan varias “personas” al grito de “te vamos a matar hijo de puta”, caerme en un pozo por la desesperación de escapar, seguir corriendo por el monte… son daños psicológicos que me perseguirán por mucho tiempo. De verdad espero que no os pase a nadie nunca porque el trauma que te crean en la cabeza es superior a cualquier cosa que conozco. Me imposibilita a la hora de hacer cualquier cosa cotidiana en mi día a día. Sigo diciendo que pese a todo eso estoy aquí para pedir mi justicia y poder rehacer mi vida”, continúa la misiva del joven.

“Este año prácticamente me lo he pasado en mi habitación, en mi “zona de confort” o intentando hacer cualquier actividad que me mantenga la mente ocupada, siempre y cuando fuera alejado de la sociedad ya que debido a mi hiper vigilancia, ansiedad y tensión no me permite estar entre la gente, y en todo un año no fui capaz de conseguir nada… Me veo en un pozo sin salida, solo veo oscuridad mientras los salvajes que me intentaron matar siguen disfrutando de su vida. Por una parte me gustaría ponerme en su lugar y ver la situación desde otra perspectiva. Que a algún hermano/familiar/amigo le pasase esto cómo estarían? o cómo actuarían…? pero sinceramente no tengo ni la menor idea de lo que se le puede pasar a unos descerebrados como estos. Simplemente pido justicia por mí y por los que se han quedado por el camino”, concluye el manifiesto.

El homenaje finalizó al ritmo de motores cortando inyección, después la caravana motera la acompañó hasta su residencia de Panxón para darle una sorpresa a Nacho, que a consecuencia de lo vivido sufre ataques de ansiedad y pánico e hipervigilancia, además de arrastrar múltiples secuelas físicas. La mitad derecha de su cráneo tuvo que ser reconstruido con placas, no puede abrir la mandíbula más de cuatro centímetros y poco a poco va recuperando la visión de su ojo derecho mientras que su nariz continúa sin sensibilidad. El joven mantiene su cabeza ocupada aislado de la sociedad entrenando en el pequeño gimnasio que montó en su casa o jugando a videojuegos.

“La vida se me cortó hace ahora un año, pero tenemos que seguir adelante y no nos vamos a conformar con tres”, asevera Lupe Comesaña, al tiempo que explica que el caso sigue en manos de los tribunales. Cuenta con que el proceso se reactive a partir de septiembre, aunque prefirió no desvelar más datos por cautela aconsejada por la abogada que lleva el caso. Por el momento, y al igual que su hijo, sobrelleva la situación a base de fármacos mientras espera con paciencia a que la justicia actúe. “Por ahora los autores siguen de rositas”, sentencia.