El alcalde de Baiona lamenta la baja participación en el cribado masivo: “Esta vez no había excusas”

El cribado masivo celebrado el pasado domingo en Baiona y para el que fueron convocados 4.449 vecinos de la villa se saldó con una participación del 53,8%, o lo que es lo mismo, logró una afluencia de 2.397 personas.

El hecho de que las PCR en masa se llevasen a cabo en un día no laboral y en el Pabellón de Deportes Municipal llevaría a prever una asistencia mayor de la obtenida aunque, por otro lado, el dato más positivo de todos es que tan sólo una persona dio positivo en el sondeo. Y esto es precisamente lo que opina el alcalde Carlos Gómez al respecto. Esperaba mayor colaboración por parte de los seleccionados sobre todo y teniendo en cuenta que la principal dificultad en el realizado en el Meixoeiro residió en la imposibilidad de desplazarse hasta el centro hospitalario, aunque para otros el problema fue la conciliación laboral.

Todo ello sin tener en cuenta los resultados, y es que el realizado a finales de enero de este año obtuvo un 65,5% de asistencia con 3.000 citados y 1.968 cribados, más de 12 puntos por encima respecto al del pasado fin de semana. “Esta vez no había excusas”, indica Gómez al tiempo que considera que para empezar a hablar de buenas cifras deberían de haber acudido un mínimo de 3.000 personas, aunque finalmente “no pudo ser”. Por otra parte se mostró muy satisfecho con la baja incidencia de covid que refuerza la convicción del regidor en que “el problema no es la hostelería”.

Pese a todo, Gómez solo tuvo palabras de agradecimiento tanto para el despliegue efectuado por el Servicio Galego de Saúde en las instalaciones deportivas públicas de la villa como para los que tuvieron un hueco para someterse a las pruebas. En este sentido destacó las facilidades dadas por los técnicos sanitarios a aquellos que acudieron fuera de la hora concertada sin que este factor provocase grandes demoras en el proceso. La jornada se desarrolló entre las 8 y las 22 horas y durante este tiempo las colas fueron constantes, sin embargo se desarrolló de manera muy fluida con esperas que de media rondaron los cinco minutos aproximadamente.

Las filas se establecieron en función de la hora concertada disponiendo una para los pares y otra para los impares que accedían al interior del edificio por puertas separadas. De este modo evitaron las aglomeraciones en el exterior del recinto, aún así hubo momentos en los que alcanzaron varias decenas de metros de longitud. Una vez dentro los asistentes se fueron distribuyendo por cada uno de los cuatro puntos de muestreo prestando especial atención a las medidas sanitarias. Como no podría ser de otro modo, la distancia social, las mascarillas, el gel hidroalcohólico o la ventilación del espacio interior, los grandes protagonistas.