El alcalde de Baiona asegura que el paseo de A Foz se reparará en 2021

FOTO: PABLO F. ESTÉVEZ // A parte colapsada veu abaixo non sen antes avisar, do mesmo xeito que está a ocorrer no resto do conxunto.

Una de las asignaturas pendientes de Baiona en materia de obra pública es sin duda la reparación del maltrecho paseo de A Foz, cuyo tramo final lleva vallado más de dos años tras el derrumbe parcial de la estructura. Un conflicto de competencias sumado al importe necesario para su renovación provocó que la situación se enquistase hasta el punto de que la zona restringida al tránsito peatonal ha pasado a formar parte del paisaje habitual del núcleo baionés.

Sin embargo, esto podría cambiar en breve y es que el proyecto de renovación podría aprobarse durante el primer trimestre del 2021, o al menos esto es lo que asegura el alcalde Carlos Gómez. Según adelantó, el lunes pasado mantuvo una conversación telefónica con el jefe provincial de Costas, Enrique Fernández, que le confirmó que están a la espera del visto bueno de Madrid, “que es quien autoriza”, pese a que la partida necesaria no figure en los Presupuestos Generales del Estado.

Una cuestión detectada y que nuevamente fue recriminada por el PP local, tras denunciar en un comunicado la negativa efectuada por el PSdG y Podemos a la enmienda para incluirla en el documento a petición de los parlamentarios de la agrupación política por Pontevedra, y de este modo asegurarse cerca del millón de euros necesario para efectuar las actuaciones consideradas por muchos de emergencia.

El regidor, por su parte, salió al paso de las críticas acusando a los populares de “demagogos”. “Saben de sobra que Fomento tiene una partida genérica para arreglos y actuaciones diversas, pero para recurrir a ella hace falta aprobar los presupuestos y este hecho no se produjo gracias al PP precisamente”, apostilló Gómez.

Lo cierto es que para el paseo instalado en primera línea de las marismas de A Foz, el tiempo juega en su contra y el deterioro se está extendiendo a pasos agigantados al resto del tramo final que carece de escollera. Las grietas, hundimientos y boquetes que se están abriendo en el suelo cobran aquí un valor premonitorio, ya que son un claro síntoma de que el interior de la estructura se está ahuecando y que, de no actuar a tiempo, casi con toda seguridad acabará colapsándose provocando una situación similar a la vivida en noviembre de 2018.

Debido al avanzado estado de deterioro estructural que sufre el conjunto, la única opción válida será la demolición total del espacio comprendido entre el fin de la escollera y la rampa de acceso al río, que corresponde a 300 metros de construcción, para posteriormente reasentar el paseo sobre el conjunto rocoso que hará las funciones de rompeolas impidiendo que el relleno interior sea arrastrado por las mareas. Unas actuaciones que rondarán el millón de euros y que descartan una de inferior magnitud planteada en 2019 únicamente sobre el espacio derruido y proximidades. Una vez finalizados los trabajos se devolverá el buen aspecto a un recorrido que a diario es utilizado por centenares de personas.