El BNG presenta una queja contra el Alcalde de Gondomar delante de la Valedora del pueblo

El Bloque Nacionalista Galego viene de presentar delante de la Valedora del pueblo una queja contra el Alcalde de Gondomar, Paco Ferreira, en denuncia por su negativa a convocar pleno ordinario. Desde el comienzo de la crisis del COVID-19, el BNG de Gondomar ha insistido en la necesidad de convocar un pleno donde el gobierno municipal había dado cuenta del realizado por el en estos meses y, lo que es más importante, donde poder aprobar medidas y tomar acuerdos frente la crisis socio-sanitaria del coronavirus y sus efectos en el ayuntamiento. El Alcalde se negó reiteradamente a convocarlo.

“Mas esto no es nuevo. Ferreira ya viene comportándose así desde inicio de esta legislatura. No respetó en ningún caso el acuerdo unánime tomado en julio del año pasado: la periodicidad de los plenos será mensual y se celebrarán el primer jueves de cada mes. Y podemos comprobarlo en esta misma semana: el pleno de junio que debería celebrarse este primer jueves de mes, no fue convocado”, afirma Manuela Rodríguez.

“Alguna vez tiene dicho que no convoca porque no tiene temas que llevar a pleno, lo que da muestra de su propia incompetencia”, denuncia la portavoz del BNG. “¡Será por temas!”. Toda vez que el pleno municipal es el órgano máximo de representación popular en el ayuntamiento, donde la oposición puede ejercer su labor de fiscalización del trabajo del gobierno y de presentación de propuestas y alternativas en la defensa de los intereses del vecindario, “el comportamiento del Alcalde impide la transparencia en la gestión del gobierno y secuestra el ejercicio de la democracia en el ayuntamiento de Gondomar”, afirma Rodríguez. “Y si no hay plenos, no se toman las grandes decisiones que Gondomar necesita”.

Así las cosas, el BNG, en ejercicio de su responsabilidad, solicita de la Valedora del pueblo que inste la Ferreira a convocar, a la mayor brevedad, un pleno donde informar a la corporación y al vecindario sobre lo realizado por el gobierno en la crisis del COVID-19, y en el que poder debatir, consensuar y aprobar medidas necesarias para aminorar sus consecuencias en planos social y económico en el ayuntamiento; y a respetar, en el sucesivo, los acuerdos sobre la periodicidad y las fechas de celebración de los plenos.