Alejandro Sanromán tiene 40 años y es de Nigrán. Como a muchos españoles, le tocó emigrar por falta de oportunidades laborales en su país. En la actualidad vive en Sydney (Australia), donde este domingo, 25 de junio, organiza una manifestación en contra de la corrupción en España, bajo el lema “Stop Corruption in Spain”, a las 11:00 de la mañana hora local junto a la Prince Albert Statue del Hyde Park.
“En primera instancia, yo pensaba que había emigrado porque no estaba suficientemente capacitado para encontrar un trabajo en condiciones en mi país. Sin embargo, el tiempo me dijo lo contrario, aquí pude poner mi conocimiento y técnica en práctica sin importar la barrera idiomática. Esto último, sembró el desconcierto y la impotencia en mí. Me había percatado que existen otros factores que corren en contra de los jóvenes para encontrar esas oportunidades laborales”, afirma Alejandro.
El nigranés nos cuenta que “nunca me importó demasiado la política en general, iba a votar, dejaba la papeleta en la caja y ya estaba, ya había cumplido”. Pero desde que llegó a Sydney, ha comenzado a mirar la vida desde otra perspectiva, “tengo curiosidad por informarme y quiero contribuir para generar un cambio positivo en mi país”. Para Alejandro es inaceptable la cantidad desorbitada de casos de corrupción que han salido a la luz pública en los últimos años. Además de favoritismos, recortes, injusticia social, inestabilidad en todo sentido. “Una realidad poco prometedora que nos obligó a auto-exiliarnos, dejando atrás nuestras raíces, nuestras familias y sobre todo, el lugar al que llamábamos “hogar””.
“Sé que protestar por algo tan lejos puede parecer un poco inútil, pero gritaremos para que nuestras voces puedan ser escuchadas y que el mundo tome conciencia de lo que está ocurriendo. Queremos hacerles saber que no estamos contentos, que la corrupción debe terminarse, y dimitan los responsables de todo esto. Con esta manifestación, esperamos crear un «efecto dominó» y que la gente en casa se organice para ponerle punto final a esta ola de malas prácticas en España. Quisiera traspasar el mensaje a mis paisanos que «aún hay esperanza». Sin embargo, todo cambio se realiza después de una lucha y un periodo de turbulencia. Esto es solo el principio”, concluye Alejandro.
