Las Cabalgatas retoman su formato habitual en Baiona, Gondomar y Nigrán

Tras unas navidades pasadas por agua el tiempo perdonó y en la tarde de ayer el sol hizo su aparición, aunque con unas temperaturas que obligaron a los cientos de personas que se animaron a dar la bienvenida a Sus Majestades de Oriente a abrigarse hasta los dientes. Carrozas con leds, carruajes tirados por caballos y coches clásicos, rondallistas, batucadas, caramelos en mayor o menor medida y jinetes pusieron la nota de color en las Cabalgatas de Reyes en la comarca del Val Miñor celebradas a media tarde de ayer jueves.

El primero en dar el pistoletazo de salida fue Nigrán con su puesta en escena bautizada como “Duendelandia”, diseñada por Sarao Animación con duendes, gnomos, ninfas y elfos. A las 17:00 horas Melchor, Gaspar y Baltasar partieron en sus carrozas desde el consistorio. En A Ramallosa se sumó una comitiva formada por más de 120 personas, entre ellas, miembros del CB Nigrán, del Club de Patinaxe, del Centro de Educación Especial Juan María de Parada, de la Rondalla de Parada y de la Hípica Abraín. Hubo 500 kilos de caramelos sin gluten y gominolas embolsadas. Recorrieron las principales calles del centro urbano y de A Ramallosa en donde se completó un recorrido circular por el Parque de A Feira y desde aquí, en torno a las 19:00 horas, dieron el salto a Panxón. La última parte del recorrido discurrió por la zona litoral, desde el complejo deportivo Dunas de Gaifar hasta rúa do Mariñeiro y después vuelta por el paseo marítimo hasta el pabellón, que tras dos años volvió a convertirse en sede de la Recepción Real con tirada de fuegos artificiales incluida.

Tanto la de Baiona como la de Gondomar comenzaron una hora más tarde, a las 17:30 horas, y mientras que la Villa Condal se inclinó por una elegancia clásica y de diseño propio, su vecino optó por 10 millones de leds, batucada y una escenografía inspirada en el mundo de los juguetes. La primera partió desde el Pabellón Bernabé Costas, aquí Sus Majestades a lomos de carruajes tirados por caballos marcaron el ritmo a la comitiva de medio millar de personas con coches clásicos incluidos. Participaron los tres clubes de danza local, rondallistas de Chaín y Vincios, el CC de Mañufe y el Club de Clásicos Val Miñor. Juntos partieron por Elduayen bordeando la recién estrenada Plaza de Rosalía de Castro para volver a enlazar con la arteria principal del centro urbano. Prosiguieron hacia la Alameda de San Benito, calle Pereiras, Avenida del Conde y Plaza Paradela, en donde llegaron en torno a las 19:00 horas tras completar un itinerario de dos kilómetros aproximados en el que se repartieron en torno a 600 kilos de caramelos. Aquí los tronos reales aguardaban a los Reyes que atendieron las peticiones de los más pequeños y les entregaron a su vez otras 400 bolsas de dulces hasta pasadas las 20:00 horas.
La Gran Cabalgata de Reyes de Baiona salió desde la rotonda de la urbanización Puente Romano recorriendo las principales calles de la parroquia de Santa Cristina, pasando por Julián Valverde, Plaza Victoria Cadaval, Puerta del Sol y Avda. Urbana Sabarís. En Santa Marta les esperaba el grupo Bate no Cobre para abrir el desfile. Le siguieron las carrozas locales comenzando por la preparada por el Club de Fútbol Erizana, después la del grupo de baile “Giros” y por último la preparada por el Baíña Fútbol Sala. A las carrozas reales se les unieron los grupos de animación a cargo de La Fiesta Escénica, que abrió la Comitiva Real, y el grupo portugués Spirit. Siguió el recorrido por las principales calles de la villa, pasando por la Avda. Monterreal, Alférez Barreiro, Paseo Elduayen hasta llegar a la confluencia de la Calle Ramón y Cajal, donde la Comitiva Real se detuvo para continuar a pie hasta la Calle Carabela Pinta, en la que estuvo ubicado el Palco Real. Allí el alcalde entregó la llave de Baiona a los Reyes, para posteriormente recibir a los más pequeños. A lo largo del recorrido de más de 2 kilómetros se repartieron en total unos 2.000 kilos de caramelos aptos para celíacos.