La autopsia al cadáver de Iván Durán, que apareció muerto el sábado en un monte de Baiona, revela que el joven se suicidó poco después de su desaparición.
Los informes forenses señalan que el suceso tuvo lugar hace varios meses, y por la trayectoria de la bala determinan que fue el propio Iván quien se disparó. También apuntan la posibilidad de que nadie se enterara de la presencia del cuerpo durante los rastreos, ya que estaba semioculto entre unas silveiras.
Ahora la Guardia Civil investiga cómo llegó la pistola a las manos de Iván. Se trata de un arma corta, que requiere una licencia restrictiva, y que ni siquiera es común en los arsenales de las fuerzas de seguridad españolas.
